Su catalogación advierte de la obligación de enrasar la cornisa propuesta con la edificación colindante, forzando a la nueva construcción a aumentar la altura de su fachada, por lo que se proyecta un tramo de fachada de 2,60 m de altura que permita igualar las cornisas y que a su vez se relacione coherentemente con la fachada preexistente.

La utilización de madera pintada de color blanco como material de revestimiento proporciona una clara diferenciación entre propuesta y preexistencia, respetando el ambiente del casco histórico, pues la madera pintada es un material recurrente e incluso obligatorio en la carpintería de ventanas y puertas. Una vez aclarado el ejercicio de fachada, la propuesta responde a las exigencias geométricas de la parcela y a la obligatoriedad de un fondo máximo de 12 m, dejando un espacio libre o patio en el fondo de la parcela.

Como característica particular de este patio, destaca la existencia de un patín de fábrica de piedra granítica que se restaura conservando su posición original. Dado que el fondo máximo permitido es inferior al existente, dicho patín se localiza aproximadamente a un metro de distancia de la nueva fachada posterior por lo que se propone un balcón que resuelva esta nueva realidad y permita la transición entre el interior de la vivienda y el patio, consolidando el uso del patín restaurado. El tratamiento de la fachada trasera será el mismo que el propuesto para el nuevo tramo de la fachada principal, resolviendo un cerramiento de madera pintada de blanco, dejando clara la actuación de obra nueva.

En relación a la distribución de usos, la planta baja resolverá las actividades diurnas o comunes mientras la planta piso soluciona los dormitorios y el baño general. Por último, en la planta bajo cubierta se propone un espacio multiusos destinado principalmente a la actividad de lectura y trabajo, aunque eventualmente pueda resolver un dormitorio de invitados.